Día cuarenta.

Hola!!

Para comenzar, informo mi paradero: Resistencia, Chaco.
¿Cómo llegué hasta aquí? Paso a detallar.

Finalmente el lunes 17 de Agosto me fui de Rivera. Debo aclarar que hasta ahora fue dicha ciudad una de las mejores estadías de lo que va del viaje. Todas las galeras muy buena onda, debería mencionar un monton de personas, pero me reservaré tantos nombres, con los epígrafes del post anterior ya saben algunos. Juventud local, artesanos locales, artesanos viajeros, todos con la mejor onda. He descrito algo de esta ciudad el día 31.

Salí con frío de Rivera (Uruguay) y recorrí poco mas de 100 kilometros hasta Rosario do Sul, Rio Grande do Sul (Brasil). Busqué una pensión donde quedarme una noche y mientras descargaba el equipaje de la moto, desde la estación de servicio que estaba en frente, un muchacho cruza corriendo y se presenta, Nestor, el es miembro de un motoclub de Sant'Ana do Livramento, me invitó a pasar a su oficina a ver fotos y mapas, el cara realizó el Iron Butt (Culo de Acero), o sea, estuvo 24 horas seguidas andando en moto, sin parar, recorrió 1600 km, un fanático. A todo esto se escucha el poderoso ruido de una moto, era la Vulcan de Nelson, el presidente del motoclub local. Charlando le dije que al otro día seguiría viaje y me invitó a tomar unos mates antes de salir a la ruta. Fueron mates, almuerzo y una tarde a pura charla y rocanrol, un tipo muy macanudo.

Luego de eso recorrí 150 km por rutas menores hasta Santiago, me recibió el frio y la lluvia, así que busqué un lugar donde pasar la noche, otra jornada sin poder salir a vender. A la mañana siguiente, luego de colocar la cadena que se habia salido, anduve unos 160 km hasta Santo Tomé, provincia de Corrientes (Argentina), allí llegue luego de cruzar el puente internacional sobre el río Uruguay que une esa ciudad con la brasilera Sao Borja. Pasé una noche allí (tampoco vendí nada) y al otro día ruteé otros 175 km hasta Ituzaingó, en la misma provincia; fui ahí pensando que sería bueno para trabajar, pero me equivoqué, el pueblo tenía menos movimiento que las placas tectónicas, en verano parece que es muy bueno, pero esa gente acostumbrada al calor cuando hace un poco de frío no sale ni a comprar el pan.

Con un poco de preocupación pensé en dirigirme hacia Posadas, pero hablando con mi familia surgió la idea de venir a Resistencia, ya que Seba, un amigo de mi hermana vive aquí. Fue una idea genial, no molestaron los cansadores 270 km, porque Dora, Rolando y Margarita me están recibiendo de maravilla, además me encontré con un grupo de artesanos buena onda y por si fuera poco, me está llendo bien con las artesanías.

En los primeros días de la semana que viene, cruzaré otra vez el río Paraná para ir a otra capital, a Corrientes, allí me encontraré con mi amiga Malvi.

Bueno, sin más me despido,
un quebra-costelas (fuerte abrazo) para todo el mundo!!

Jonas